El humorista Cacho Garay seguirá tras las rejas

La conjueza Mónica Romero ratificó la tarde de este miércoles la prisión preventiva contra Juan Antonio Cacho Garay por amenazas, maltratos y abusos sexuales, entre otros delitos, contra su ex pareja Verónica Macías Bracamonte.
El humorista sufrió un nuevo revés judicial después de que la magistrada del Tribunal Penal Colegiado Nº 2 rechazó el recurso de apelación interpuesto por la defensa, sobre el fallo del juez Juan Manuel Pina, del Juzgado Penal Colegiado Nº 1, que le impuso la medida cautelar a mediados de abril de este año.
Asimismo, Romero no hizo lugar a la solicitud de oposición a la revocación de la detención domiciliaria que formularon los representantes legales de Garay, motivo por el que deberá seguir alojado en el Módulo 1-A del Complejo Penitenciario San Felipe, destinado a acusados en causas de violencia de género.
Caso contrario fue el de la presunta cómplice del comediante, Sandra Astudillo Stafollani, a quien la conjueza le otorgó la detención domiciliaria pedido por el defensor Carlos Moyano.
La magistrada no le fijó a la mujer una fianza, ya que había rendido una caución de 1.000.000 millón de pesos cuando primer fiscal que tuvo el expediente, Daniel Carniello –fue apartado-, le dio el beneficio a las pocas horas de ser detenida a mediados de junio.
Más allá de eso, la medida no se hizo efectiva de manera inmediata y Astudillo deberá permanecer algunos días más tras las rejas mientras se desarrollan los estudios de viabilidad técnica -utilizará una tobillera electrónica- y la encuesta ambiental, a cargo del Servicio Penitenciario, en el domicilio de San Carlos que fue ofrecido para que la mujer cumpla con la detención.
Así las cosas, la fiscal de Violencia de Género Mónica Fernández Poblet continúa avanzando con la instrucción y está cada vez más cerca de la elevación a juicio oral.
El caso
Fue a medidados de abril cuando Macías se presentó ante la Justicia provincial y denunció a Garay por amenazas, afirmando que el humorista contaba armas de fuego dentro de la casa en la que ambos convivían en Luján de Cuyo.
Ante eso, se ordenó realizar un allanamiento en el domicilio de calle 20 de Setiembre y los policías de Investigaciones dieron con cuatro pistolones y una pistola de gas comprimido.
Ese hallazgo motivó al fiscal Carniello a imputar a Garay por amenazas en contexto de violencia de género y tenencia de armas de fuego civil.
Pero la situación de Garay se fue complicando cada vez más, a medida de que Macías continuaba presentándose en el despacho del fiscal y aportaba mayor información sobre los hechos.
La bailarina fue relatando poco a poco la situaciones de abusos sexuales, privación ilegítima de la libertad y amenazas con armas, de las que aseguraba haber sido víctima. Por eso, Garay terminó acusado por esos y otros delitos mientras avanzaba la investigación.
Esos dichos también comprometieron a como partícipe de las vejaciones a la ex empleada de la Legislatura provincial, Sandra Astudillo Stafollani, quien también fue detenida e imputada.