Cenas de egresados: esto es lo que hacen los jóvenes para vestirse

Las fiestas de egresados y egresadas de secundaria son uno de los eventos cuyos costos las familias suelen afrontar con mucho tiempo de anticipación, incluso un año antes. Y no sólo está el pago de las tarjetas para la cena, sino la vestimenta para esa noche tan esperada por los estudiantes.
Las estrategias para vestirse en tiempos de inflación son variadas y hoy las imponen los propios alumnos y las alumnas, quienes buscan alternativas para descomprimir los bolsillos de sus padres. Van desde la compra en tiendas o ferias americanas -hoy la moda sustentable es protagonista- hasta el alquiler o las “subastas” de trajes y vestidos de gala a través de las redes sociales. También hay casos de adolescentes que toman talleres de costura para hacerse sus propios vestidos de egresadas.
En una recorrida por locales de trayectoria en Mendoza, dedicados al rubro de ropas de fiesta, nos encontramos con un incremento aproximado de entre el 40% y el 60% a comparación del año pasado. La opción del alquiler -sobre todo en trajes para los chicos- es la más buscada en la actualidad, sea alquilando trajes nuevos o ya usados.
Diseñadores y empresarias coinciden en un pronóstico poco optimista para este fin de ciclo 2023, pese a que los aumentos no se condicen con el índice de inflación anual. “La gente no tiene plata y lo primero que recorta una familia son estos gastos para vestirse para una fiesta”, admiten.
No se consiguen vestidos por menos de $60.000
Los vestidos de fiesta de diseño propio han aumentado sus precios a la venta en un 60 % aproximado en el último año.
Caro Recci está al frente de Review una de las tiendas más reconocidas de Mendoza. Hace más de dos décadas que viste a egresadas, quinceañeras y novias en la tradicional esquina de Colón y 25 de Mayo de Ciudad. “No desconocemos la realidad del país pero es la misma de los últimos cinco años, por lo que nos adaptamos, ofrecemos financiación propia en cuotas mensuales para que los padres puedan acceder y no sentir el impacto en sus bolsillos de una sola vez”, detalla Recci acerca de su modalidad de negocio en esta casa de vestidos de gala integrada por varias emprendedoras.
En promedio, comprar un vestido de egresada de diseño de autor hoy puede rondar los $120.000 terminado. Todo depende de las telas y confecciones, con lo cual el precio puede caer a la mitad. “Generalmente, la confección de un vestido está alrededor de los $60.000, y a eso le sumás el género elegido que puede variar entre los $8.000 y los $50.000 el metro, dependiendo de si son telas lisas, con apliques, bordadas”, aclara Caro Recci.
En Review un vestido “se reserva con unos seis meses de anticipación”, advierte la empresaria. Y agrega que “también contamos con una colección ‘ready to wear’, es decir, venís y elegís de los que están listos y es más económico”. En este lugar no hay opción de alquiler de vestidos como pueden ofrecer otras casas de alta costura, y trabajan sólo diseños propios.
De hecho, alquilar el vestido es una alternativa cada vez más usada por las adolescentes, quienes hasta visitan tiendas o ferias americanas top para intentar encontrar un diseño a su medida y a un precio conveniente.
Sin embargo, Caro Recci sostiene que “como es un gasto que los padres o las abuelas en muchos casos van previendo a lo largo del año, se inclinan más a la compra de su primer vestido”. Y confiesa que en su taller de diseño “hay pasión por los vestidos de fiesta, ponemos mucho amor a nuestros vestidos, seleccionamos las mejores telas, y tratamos de dar un producto acorde a los tiempos”.